"Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis." Jesucristo.
2 preguntas que tal vez NO te habías hecho
Te voy a realizar un par de preguntas, que posiblemente NUNCA te las habías hecho: ¿Si hoy mismo murieras a dónde iría tu alma? Y ¿Por qué piensas que irías a ese lugar? Las respuestas que des a estas preguntas, determinan sin lugar a dudas, qué es lo que realmente tú crees en tu corazón, pues la Biblia dice que “de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45).
Si tu respuesta fue que irías al infierno, o que no sabes, o que no estás seguro, déjame decirte que el lugar que te espera es el infierno, pues NO conoces el camino que Dios dejó escrito en su Palabra (La Biblia) para llevarnos a la eternidad con Dios. Inclusive, si contestaste que al cielo, pero piensas que irás allá porque eres bueno, o haces buenas obras, o te portas bien o por algún otro merito que pienses, también indica que NO conoces el camino de salvación y estás en gran peligro, pues si murieras hoy estarías separado de Dios por toda la eternidad.
Ahora, déjame explicarte el por qué estás en ese peligro:
La Biblia enseña en Romanos 3:23 que todos han pecado y por lo tanto todos están separados de la gloria de Dios, es decir, el problema del porque no podemos ir al cielo, es por el PECADO. Ese pecado es el que nos condena a pasar la eternidad fuera de la presencia de Dios, pues como Dios y el cielo son santos, no puede permitir que el pecado entre a su gloria.
Se nos ha enseñado erróneamente que para ir al cielo, ocupamos hacer buenas obras, o algún esfuerzo o mérito para ganarnos el cielo, pero eso es contrario a lo que dice la Biblia; “Nos salvo NO por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho…” (Tito 3:5) “Porque por gracia son salvos… NO por obras para que nadie se sienta orgulloso” (Efésios 2:8-9).
Y la razón del porque las buenas obras o los méritos personales NO nos llevan al cielo, es porque NO pueden limpiar los pecados que hemos cometido en toda nuestra vida. Así como un ladrón que va ante un Juez, no puede ser declarado inocente porque hizo cosas buenas con el dinero que robó, así también seremos declarados culpables por los pecados que cometimos aquí en la tierra, aun realizando muchas buenas obras. De la misma forma que ante los jueces terrenales, todo delito exige un castigo, ante Dios (que es el juez del cielo) serán examinadas todas nuestras acciones y se determinará un castigo por cada pecado. Todos vamos a morir y después de la muerte tendremos un juicio, y ese juicio es seguro que lo perderás, pues tus pecados te condenarán a una eternidad sin Dios en el infierno. “porque está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto EL JUICIO” (Hebreos 9:27) “pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idolatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre…” (Apocalipsis 21:8). En este último versículo menciona como ejemplos algunos pecados, pero la lista de pecados es muy grande, y menciona uno muy común, la mentira. Dice que los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, y ¿sabes cuantas mentiras necesitas decir para ser considerado por Dios un mentiroso? … SOLO UNA MENTIRA. Así como para ser considerado un homicida se necesita matar solo a una persona, o cometer solo un robo para ser considerado un ladrón, etc.
Así que estás en un gran peligro, pues si murieras hoy, irías a juicio y ese juicio lo perderías por los pecados que has cometido, aunque sea solo uno el que hayas cometido en toda tu vida.
Tal vez te preguntes, (y espero en verdad que te preocupe de tal forma para preguntártelo) ¿Cómo le hago para no perder ese Juicio y pasar la eternidad con Dios en el cielo? ¿Hay alguna forma para ir al cielo? Sí, SÍ hay una UNICA manera para poder ir al cielo y ser librados del juicio que nos espera, y la manera es la siguiente:
Dios NO quería que pasaras la eternidad sin Él, pues te ama de tal forma que entregó a su Hijo Jesucristo para venir a la tierra a pagar todos los pecados que ibas a cometer, y no solo los tuyos sino los de toda la humanidad. (Juan 3:16)
Jesús llevó todos nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz del calvario, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por su muerte fuimos salvados (1ra. Pedro 2:24). “…y la sangre de Jesucristo nos limpia de TODO pecado” (1ra. Juan1:7), y no solo murió sino que resucitó al tercer día como fue profetizado y es poseedor de la vida eterna que entrega a todo aquel que confíe en él (1ra. Corintios 15:1-3).
Así que Jesús es nuestro pasaporte al cielo, el único camino de salvación (Juan 14:6) pues él pagó los pecados que nos condenaban a una eternidad sin Dios en el infierno.
Ahora bien, para que ese sacrificio que realizó Jesús en la cruz del calvario, pueda ser efectivo en tu vida, es necesario que tengas a Jesús viviendo en tu corazón, pues en 1ra. de Juan 5:12 nos dice que el que tiene a Jesús tiene la vida, pero el que no tiene Jesús NO tiene la vida. Así que para que tengas la vida eterna, necesitas tener en tu corazón al Hijo de Dios, Jesucristo.
En apocalipsis 3:20 dice que Jesús está tocando a la puerta de tu corazón, pues él te ama y quiere entrar a tu corazón para limpiarte de todo pecado y regalarte la vida eterna. Si tú le abres la puerta de tu corazón el promete entrar por siempre.
No hay otro camino para ir al cielo, SOLO Jesús es el medio que Dios estableció para llevarte al cielo; “Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino, por mí.” (Juan 14:6)
Así que si quieres ir al cielo cuando mueras, necesitas arrepentirte de tus pecados y pedirle a Jesús que entre a tu corazón para que te limpie de todo pecado y te regale la vida eterna.
¿Te gustaría hoy mismo ser perdonado de tus pecados y tener el cielo asegurado? Has esta oración para que Jesús te perdone de todos tus pecados y te regale la vida eterna:
“Dios, te pido sinceramente perdón por todos mis pecados que he cometido, sé que estos pecados me llevaban a una eternidad sin Dios, pero confío plenamente en tu Hijo Jesucristo, que vino a pagar todos mis pecados en la cruz del calvario. También confío que Jesús ha resucitado y que en este momento le abro la puerta de mi corazón para que entre y me regale la vida eterna, amén.”
Si fuiste sincero en esta oración déjame decirte que la Biblia afirma que tus pecados son perdonados y que desde ahora tienes la vida eterna: Estas cosas les he escrito a ustedes que confían en el Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna, y para que crean en Jesús el Hijo de Dios. (1ra. de Juan 5:13)
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